Esto es Carácter... GARBIÑE MUGURUZA, desde la Qualy hasta el Campeonato

Muguruza, campeona de Hobart

Garbiñe Muguruza ha logrado en Hobart su primer título individual WTA, gobernando con autoridad la final (6-4 6-0) ante la checa Klara Zakopalova, la numero 32 del Tour. Ha sido la guinda a una semana donde su rúbrica ha quedado marcada con fuerza en el imaginario del tenis femenino. Si en Auckland volvió a sentirse jugadora, en Tasmania ha podido creerse ganadora. El primer cetro singles de la caraqueña toma especial fuerte por la manera en que fue conseguida. Un auténtico vendaval procedente de una tenista que debió superar la fase previa, anudar las dudas tras una vuelta por lesión de larga duración y mostrarse como una de las principales figuras a seguir durante 2014.
Dando continuidad a los cuartos de final alcanzados en Auckland durante la primera semana de competición, para solamente inclinarse ante Venus Williams, Garbiñe se sorprende a sí misma por haber roto semejante costura en la isla de Tasmania. Ella, que ya ganó en modalidad de dobles el pasado año, ha superado sus propias expectativas. 
"No esperaba ganar muchos partidos en el segundo torneo del año" confiesa ya como campeona la pupila de Alejo Mancisidor, "pero sabía que había trabajado duro antes de llegar aquí. Cuando estaba en casa, pensaba y me decía a mí misma, 'si vas a un torneo, vas a dar todo lo que tengas dentro' y eso es lo que hice. Fui como un gran toro ahí fuera".
Garbiñe Muguruza celebra su coronación en Hobart / Foto: Mark Metcalfe  - Getty Images
Palabras que reflejan la realidad. En los ocho encuentros disputados en Hobart la hispano-venezolana ha logrado coronarse sin entrengar un solo set y repartir infinidad de mangas holgadas sobre sus rivales, incluyendo cinco 6-1 y cuatro 6-0. Mostrándose, de largo, como la mejor jugadora del torneo.
Un verdadero vendaval incontenible sobre el cemento para una jugadora que escapa al patrón de juego típicamente español. Alta, sustentada en largas (1.82m), juego de permanente intensidad, voluntad de ataque, un primor de winners como bandera.
Lejos de atenazarse al llegar a rondas decisivas, su rendimiento se ha acentuado, cediendo apenas cinco juegos entre semifinales y final. El mundo de Muguruza fluye a otra velocidad. La que dicta su querencia por la autoridad desde le primer impacto.
Apenas en el segundo torneo tras una baja competitiva de seis meses, Muguruza logra caminar con galones de campeona. Una demostración de autoconvencimiento, de fuerte personalidad y capacidad para imponer talento deportivo. En una disciplina donde el nivel de exigencia crece de forma permanente, y donde una ausencia puede suponer un tiempo difícil de recuperar, es una virtud muy a tener en cuenta.
Para la hispano-venezolana, que ya igualara durante 2013 el récord de precocidad al lograr victorias top10 apenas en su segundo evento WTA, es una nueva muestra de eficiencia sobre terrenos a priori desconocidos.
La corona convierte a Muguruza en la quinta tenista española en activo con palmarés individual WTA, uniéndose a Anabel Medina, Lourdes Domínguez, María José Martínez-Sánchez y Lara Arruabarrena.
Un título que debe otorgar a Garbiñe un salto de unos 20 puestos en las listas oficiales, rondando el top40 antes de abordar el Australian Open. Una primera escalada para una tenista con enorme margen de crecimiento en 2014, al no proteger resultado alguno en la segunda mitad de temporada.
Garbiñe se ajusta al cemento. El cemento se ajusta a Garbiñe. A sus 20 años llega el primer título WTA en modalidad individual. Con contundencia. Cerrando el puño en circunstancias proclives a dudas. Una mujer con ambición. Probando el potencial con resultados. Campeona Muguruza, una expresión que va para clásico.

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